Oikonomics, la revista de economía, empresa y sociedad de la UOC, ha publicado en sus ediciones 14 y 15 dos dosieres dedicados a la economía colaborativa. Los dos monográficos abordan desde diferentes puntos de vista el análisis de un concepto que está recibiendo una atención creciente como nuevo agente económico que, a través de las plataformas digitales, ha puesto de manifiesto su capacidad de transformación. En las dos ediciones de Oikonomics, se analiza este fenómeno desde la perspectiva teórica, pero también práctica a partir del análisis empírico de las tendencias que se están produciendo en este campo. En este vídeo del webinar, los dos coordinadores de estos dosieres, los profesores de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, Joan Torrent y Lluís Garay, reflexionan sobre la evolución del concepto de economía colaborativa y las diferentes visiones y realidades que hoy giran a su alrededor, así como su capacidad de transformación de la sociedad. La moderadora del webinar ha sido la directora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, M.ª Jesús Martínez.
Oikonomics, la revista de economía, empresa y sociedad de la UOC, ha publicado en sus ediciones 14 y 15 dos dosieres dedicados a la economía colaborativa. Los dos monográficos abordan desde diferentes puntos de vista el análisis de un concepto que está recibiendo una atención creciente como nuevo agente económico que, a través de las plataformas digitales, ha puesto de manifiesto su capacidad de transformación. En las dos ediciones de Oikonomics, se analiza este fenómeno desde la perspectiva teórica, pero también práctica a partir del análisis empírico de las tendencias que se están produciendo en este campo. En este vídeo del webinar, los dos coordinadores de estos dosieres, los profesores de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, Joan Torrent y Lluís Garay, reflexionan sobre la evolución del concepto de economía colaborativa y las diferentes visiones y realidades que hoy giran a su alrededor, así como su capacidad de transformación de la sociedad. La moderadora del webinar ha sido la directora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, M.ª Jesús Martínez.
El del transporte urbano de pasajeros con vehículos turismo (taxi y VTC) es, seguramente, el sector donde la irrupción de la economía colaborativa –o, si se prefiere decir así, las plataformas digitales– ha dado lugar a controversias más encendidas, medidas regulatorias más cuestionables y un mayor número de pleitos. En el presente trabajo se hace un breve repaso de las cuestiones regulatorias más candentes que se han planteado, haciendo hincapié en las que todavía están pendientes de resolución en un sentido que no parece fácil avizorar.
La regulación del trabajo se ha construido sobre una dicotomía asalariado-autónomo que está siendo superada por el desarrollo de nuevas formas de empleo. Entre estas destacan las vinculadas con nuevos modelos económicos, como la economía colaborativa, en la que personas se prestan servicios con un valor económico, pero al margen de los mercados y de los modelos contractuales tradicionales. Estas modalidades de prestación de servicios encuentran un encaje defectuoso en este modelo binario, demandando un marco regulatorio propio. El objetivo de este trabajo es delimitar este problema y plantear algunas posibles alternativas de intervención para resolverlo.
Aunque esas estructuras que ahora llamamos plataformas han estado presentes siempre en algunos sectores, es a partir de la instauración de la economía digital que han pasado a jugar un papel protagonista en nuestras vidas. Sin entender los mecanismos que rigen la dinámica de las plataformas digitales, que son distintos de los asociados a la economía más tradicional, se hace difícil comprender muchos aspectos del funcionamiento de la economía actual. El objetivo de este artículo es ofrecer una introducción a la idea de plataforma y a sus características. Primeramente, revisamos el concepto general de plataforma, las especificidades de las plataformas digitales y las particularidades de su funcionamiento. En segundo lugar, describimos las características de las plataformas que nos parecen más relevantes para entender sus efectos sociales y económicos. Finalmente, escogemos tres de estas características (el grado de digitalización, la apertura en cuanto a acceso, provisión, uso y distribución, y sus mecanismos de gobernanza) para elaborar una propuesta de clasificación de las plataformas que pretendemos que contribuya a ordenar un poco nuestra concepción del fenómeno. El esquema de clasificación lleva a la definición de distintos tipos de plataformas que se comportan de manera diferente, como demuestran los ejemplos que identificamos para cada uno de ellos. Esperamos que nuestro análisis contribuya a un mejor entendimiento del cambio de paradigma que conlleva la digitalización de la economía.
Desde hace una década, las investigaciones relativas a la economía colaborativa y el consumo colaborativo (CC) han ido en aumento. Las importantes investigaciones realizadas se han centrado en dicho concepto en particular. El presente artículo busca reconsiderar el marco conceptual del consumo colaborativo tras casi un lustro de haber sido formulados los conceptos que establecieron sus fundamentos, términos y límites. Para ello, ofrecemos una definición revisada y una evaluación del ámbito y los límites del concepto; mediante la comparación con otras formas de intercambio, exploramos si éste sigue vigente a pesar de los retos que hoy se presentan.
En este artículo se aborda el análisis del concepto de economía colaborativa, desde las diferentes corrientes del conocimiento. Así mismo, se proporciona una visión general de los diferentes modelos de negocio colaborativos que han existido hasta el momento y cómo ha sido su evolución a lo largo del tiempo debido a diferentes factores, entre los que se encuentran las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Si bien es cierto que estos modelos de negocio aún se encuentran en pleno proceso de consolidación, representan una gran oportunidad, tanto para usuarios que desean ver satisfechas sus necesidades de consumo, como para empresas que no solo buscan nuevas fuentes de ingreso, sino también innovación a la hora de aproximarse a sus clientes. Por último, la economía colaborativa representa un campo de investigación muy reciente y lleno de oportunidades de contribución a la ciencia y al desarrollo de nuevos modelos de negocio.
Convertirse en el primer continente climáticamente neutro es el principal reto y, a la vez, la oportunidad más grande que tiene actualmente Europa. Un nuevo modelo energético, renovable, distribuido y eficiente, es determinante para acelerar la solución de la emergencia climática. En este sentido, la Comisión Europea, en 2015, aprobó una Estrategia Marco «por una Unión de la Energía centrada en los ciudadanos, en que estos asuman la transición energética, aprovechen las nuevas tecnologías para reducir sus facturas y participen activamente en el mercado». En junio de 2019, la nueva directiva del mercado de la electricidad de la UE establecía un nuevo actor del mercado eléctrico: las comunidades ciudadanas de energía. En este artículo analizaremos el sentido y el significado de este nuevo actor del modelo energético, actor clave para transformar la economía en una economía neutra para el clima, que no se contraponga con los límites del planeta.
Actualmente, la economía española es más productiva y, sin embargo, no ha recuperado las tasas de empleo antes de la crisis, por lo que el principal reto es reducir el desempleo y el empleo temporal, crear empleos de calidad, estables y productivos, que ayuden a reducir la desigualdad y reanudar el camino de convergencia con las economías más avanzadas. El modelo de flexiseguridad define como una estrategia de modernización del mercado de trabajo a través de dos vías convergentes: flexibilidad (tanto empresarial como laboral, para responder a las necesidades de ambos) y seguridad (para los trabajadores, que deben poder desarrollar su carrera, sus habilidades y recibir apoyo de los sistemas de seguridad social durante períodos de inactividad). Sin embargo, este modelo de flexiguridad danesa no puede aplicarse directamente a cada Estado miembro o región de la Unión Europea, sino adaptarse a cada contexto con una combinación adecuada de instrumentos que respondan, en nuestra región, al debate entre diferentes sensibilidades sociales y políticas. Se busca la especialización flexible y no la flexibilidad precarizante.
El turismo como práctica social ha cambiado radicalmente, pasando de un sistema de producción Fordista, esencialmente vertical, a un nexo mucho más disperso de producción y consumo de experiencias. El deseo de vivir como un lugareño en combinación con el deseo de los lugareños de convertirse en productores de experiencias turísticas ha estimulado una nueva tendencia a «vivir como un lugareño», que es satisfecha por una variedad de productos y experiencias ofrecidos de abajo hacia arriba. Los significados vinculados a la práctica del turismo también han cambiado a medida que más personas se han convertido en turistas y muchos de nosotros nos hemos involucrado en el suministro de turismo.