Los datos son un prometedor elemento transformador para la movilidad del futuro. Una compartición eficiente de datos entre ciudades, operadores de transporte público y servicios privados de movilidad tiene el potencial para impulsar una mejor gestión de la movilidad al tiempo que mejora la competitividad de los actores privados. El presente artículo ofrece una descripción de las distintas barreras que los operadores de movilidad, tanto públicos como privados, deben superar para activar el valor que los datos pueden proporcionar con el objetivo de mejorar los modelos de negocio de operadores de movilidad y dar soporte a la planificación de la movilidad urbana. La proliferación de servicios de micromovilidad que están reconfigurando la movilidad urbana genera la necesidad de que los legisladores comprendan e integren de forma eficiente estas nuevas tendencias a través de los datos que estos servicios generan, al tiempo que garanticen políticas de movilidad más justas y basadas en los datos. El presente artículo también profundiza en aspectos tan intangibles como la confianza, que juega un papel clave para activar el valor de la compartición de datos. ¿Por qué los operadores son reacios a compartir sus datos? ¿Cómo puede protegerse la privacidad de usuarios y usuarias y preservarse la competitividad entre operadores mediante la anonimización de datos? Las iniciativas MDS (Mobility Data Specification) y CDS-M (City Data Standard - Mobility) proponen maneras de regular el intercambio de datos entre los proveedores de servicios de movilidad compartida o a demanda y las ciudades. Una opción de consenso es que todas las partes confíen en un tercero que trate los datos. Se presenta un análisis de los pros y los contras, incluyendo ejemplos reales y destacando el hecho de que no existe una opción óptima para todos los escenarios posibles, puesto que depende del nivel de riesgo y de intervención que los actores implicados estén dispuestos a asumir. Los datos también juegan un papel clave a la hora de aplicar la MaaS (Mobility as a Service), ya que un mayor acceso a diferentes tipos de datos es una condición previa para alcanzar niveles de integración superiores (del uno al cuatro): muchas ciudades ya tienen acceso a conjuntos de datos de operadores de movilidad privados como requisito para recibir una licencia para operar en el espacio público (nivel 1). El nivel 2 se orienta a desarrollar decisiones basadas en datos con el fin de crear políticas de movilidad más efectivas, pero solo unas pocas ciudades han llegado a este punto mediante proyectos piloto. Finalmente, los niveles 3 y 4 de la MaaS añadirán estrategias de tarificación con la capacidad de influenciar el comportamiento de usuarios y usuarias, así como la gestión de movilidad para promover objetivos sociales mediante el acceso a datos en tiempo real de varios servicios de movilidad. El uso de plataformas de Software as a Service, tales como la novedosa Rideal, desempeñará un papel clave en el diseño de programas de incentivos para alentar un cambio de hábitos hacia una movilidad más sostenible.