Los individuos, como seres egoístas, tienen incentivos a no cumplir de manera voluntaria con el pago de impuestos. Esa baja predisposición difiere entre países o, dentro de un país, entre individuos. Dados los costes sociales que supone el incumplimiento fiscal, encontrar mecanismos que puedan mejorar esa predisposición, esto es, que, sin la necesidad de mecanismos coercitivos, mejoren la «moral impositiva» es un aspecto clave para la efectividad, eficiencia y equidad de nuestro sistema fiscal. En este artículo, se discuten estas cuestiones y se proponen diversos mecanismos para fomentar la moral impositiva, el nivel de la cual no necesariamente queda bien reflejado en las encuestas que suelen hacerse sobre este tema.