La hegemonía del modelo neoclásico como marco conceptual y analítico para explicar las lógicas de funcionamiento del capitalismo ha hecho que la ética que este modelo lleva implícita –los criterios, comportamientos de los actores, etc., que se consideran mejores o más adecuados por el supuesto buen funcionamiento del sistema– también haya acontecido hegemónica. Uno de estos criterios o comportamientos «éticos» es la llamada teoría del accionista (stockholder theory), según la cual la única responsabilidad de una empresa es aumentar los beneficios para los accionistas. En este artículo, nos cuestionamos sobre la compatibilidad entre la vigencia de esta teoría –el análisis empírico así lo indica– con la demanda social a las empresas que estas actúen con otra ética, y también sobre cómo es más plausible avanzar hacia este cambio de valores.