La regulación del trabajo se ha construido sobre una dicotomía asalariado-autónomo que está siendo superada por el desarrollo de nuevas formas de empleo. Entre estas destacan las vinculadas con nuevos modelos económicos, como la economía colaborativa, en la que personas se prestan servicios con un valor económico, pero al margen de los mercados y de los modelos contractuales tradicionales. Estas modalidades de prestación de servicios encuentran un encaje defectuoso en este modelo binario, demandando un marco regulatorio propio. El objetivo de este trabajo es delimitar este problema y plantear algunas posibles alternativas de intervención para resolverlo.