La adicción y la pasión por el trabajo tienen una gran influencia en la salud de los trabajadores. En este estudio, analizamos estos conceptos con la finalidad de averiguar si son el mismo o conceptos diferentes, además de analizar la capacidad predictiva de algunas variables. Los participantes de la investigación han sido 513 trabajadores (48,1 % hombres, 51,9 % mujeres), obtenidos mediante un muestreo no probabilístico. La prueba de Fisher demuestra que la «adicción al trabajo» y la «pasión por el trabajo» son constructos diferentes. Se determina la capacidad predictiva de variables como personalidad, engagement, autoeficacia, ICO, satisfacción por la vida y estilo de vida sobre la adicción al trabajo y la pasión por el trabajo. En conclusión, la adicción al trabajo y la pasión por el trabajo son conceptos diferentes, que pueden predecirse mediante determinadas variables (personalidad, engagement, autoeficacia, ICO, satisfacción por la vida y estilo de vida).
La salud laboral es una cuestión importante en la vida de las personas. Tener empresas saludables que contribuyan a mantener y mejorar la salud de sus trabajadores y de su entorno tiene además efectos directos sobre el rendimiento, la productividad y los beneficios de las organizaciones. Se analizan los efectos de la puesta en práctica de diferentes programas de empresas saludables en los trabajadores. Se presentan tres modelos diferentes y complementarios para que los responsables de las personas en las organizaciones puedan elegir cuál es el modelo que más útil les puede ser para sus intereses. Los modelos son el propuesto por la ENWHP, creado bajo el auspicio de la Unión Europea; el modelo de empresas saludables propuesto por AENOR, que permite obtener un certificado de empresa saludable, y el modelo creado por el equipo WONT, de la Universitat Jaume I, con un claro enfoque psicosocial. Cumplir con las especificaciones de alguno de estos modelos permitirá dar una respuesta afirmativa a la pregunta planteada.
El bienestar psicológico de los trabajadores deriva de un adecuado equilibrio entre, por un lado, los retos motivadores y los obstáculos a los que hacen frente y, por otro, los recursos laborales y personales con los que cuentan para superarlos. Los directivos o mandos están en una posición privilegiada para hacer posible este equilibrio, a través de su comportamiento diario, que se demuestra en su estilo directivo. Los estilos directivos pueden ordenarse según su impacto sobre el estrés laboral, de más negativo a más positivo: estilo abusivo, pasivo, transaccional y transformacional. El artículo explica las vías por las que los mandos pueden incidir en el bienestar psicosocial de los trabajadores y el papel concreto de cada uno de los estilos de liderazgo. Finalmente, concluye dando responsabilidad para desarrollar los estilos de liderazgo más positivos no solo a los mandos individuales, sino también a las empresas e instituciones y a las entidades formadoras.
El teletrabajo supone una manera diferente de llevar a cabo el trabajo. Esto puede generar determinados problemas de salud (tecnoestrés, tecnofatiga, tecnoaddicción, etc.) y quizá evitar otros (lesiones musculoesqueléticas por manipulación de cargas, etc.). Se modifican los factores de riesgo psicosocial que pueden afectar y el papel que tienen. Aspectos como el uso casi constante de la tecnología, la modificación de las relaciones personales, etc., pueden tener una repercusión positiva o negativa. Por lo tanto, en la definición del teletrabajo han de tenerse en cuenta estrategias para prevenir estos posibles riesgos, velar por una óptima gestión del tiempo, disponer de suficientes habilidades comunicativas y de gestión de emociones y un adecuado puesto de trabajo.
El objetivo de este artículo es analizar los efectos que la crisis económica que sufre Cataluña desde el año 2008 ha provocado en las condiciones de empleo y de trabajo, con especial énfasis en los aspectos relacionados con la seguridad y la salud en el trabajo. El impacto de la crisis, aparte del que ha tenido en las personas que han perdido su trabajo, es ya perceptible en un deterioro de las condiciones de trabajo en aspectos como la jornada o la exposición a riesgos ergonómicos y psicosociales.
A pesar de que este deterioro no se ha traducido todavía en un empeoramiento demasiado significativo en los registros de accidentes de trabajo y enfermedades laborales, esto no nos puede conducir al error de pensar que en prevención la crisis no ha causado daños. Por un lado, hay que tomar con prudencia los datos de los registros públicos de siniestralidad laboral, que no permiten por ahora detectar todos los daños a la salud derivados del trabajo, y, por otro, hay que tener en cuenta que el deterioro en las condiciones de trabajo no se traduce de forma inmediata en accidentes de trabajo o enfermedades laborales. Precisamente por ello es necesario tener en cuenta que, ahora que parece que la situación económica comienza a mejorar, es urgente recuperar el terreno perdido en materia de prevención de riesgos laborales.
Se aportan una serie de reflexiones derivadas de los últimos estudios que viene realizando el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en una muestra de más de sesenta empresas excelentes y dirigidos por el redactor de este artículo, sobre la vinculación de la PRL a la política de responsabilidad social, y cómo ello contribuye a consolidar sus éxitos.
El paradigma de salud laboral implementado con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en 1995 está impulsando nuevos modelos de gestión preventiva, aún incipientes, que apuestan decididamente por las denominadas organizaciones saludables. Fruto del cambio operado, se ha dejado atrás la tradicional acepción de seguridad e higiene, vinculada esencialmente con los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales, para acoger un término de mucho mayor alcance, seguridad y salud, que comprende la salud del trabajador en toda su extensión, física, psíquica y social.
Tras veinte años de vigencia de la norma, muchos son los logros y avances conseguidos en materia preventiva, pero también son múltiples los retos que se presentan en los próximos años. Entre otros, los relacionados con la ruptura de las barreras espaciales y temporales de la actividad laboral, como consecuencia de la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación. En este sentido, el artículo aborda la problemática que se origina en la aplicación de la normativa de seguridad y salud laboral al teletrabajo.
El análisis se centra en presentar el problema desde la misma base de aplicación práctica de la obligación de seguridad y salud laboral al teletrabajo, la evaluación de riesgos laborales, que constituye el fundamento sobre el que se construye y enlaza todo nuestro andamiaje normativo en materia de prevención de riesgos laborales.