El bienestar psicológico de los trabajadores deriva de un adecuado equilibrio entre, por un lado, los retos motivadores y los obstáculos a los que hacen frente y, por otro, los recursos laborales y personales con los que cuentan para superarlos. Los directivos o mandos están en una posición privilegiada para hacer posible este equilibrio, a través de su comportamiento diario, que se demuestra en su estilo directivo. Los estilos directivos pueden ordenarse según su impacto sobre el estrés laboral, de más negativo a más positivo: estilo abusivo, pasivo, transaccional y transformacional. El artículo explica las vías por las que los mandos pueden incidir en el bienestar psicosocial de los trabajadores y el papel concreto de cada uno de los estilos de liderazgo. Finalmente, concluye dando responsabilidad para desarrollar los estilos de liderazgo más positivos no solo a los mandos individuales, sino también a las empresas e instituciones y a las entidades formadoras.
El teletrabajo supone una manera diferente de llevar a cabo el trabajo. Esto puede generar determinados problemas de salud (tecnoestrés, tecnofatiga, tecnoaddicción, etc.) y quizá evitar otros (lesiones musculoesqueléticas por manipulación de cargas, etc.). Se modifican los factores de riesgo psicosocial que pueden afectar y el papel que tienen. Aspectos como el uso casi constante de la tecnología, la modificación de las relaciones personales, etc., pueden tener una repercusión positiva o negativa. Por lo tanto, en la definición del teletrabajo han de tenerse en cuenta estrategias para prevenir estos posibles riesgos, velar por una óptima gestión del tiempo, disponer de suficientes habilidades comunicativas y de gestión de emociones y un adecuado puesto de trabajo.