Los últimos avances tecnológicos, y especialmente la inteligencia artificial, están afectando de manera muy profunda a los más diversos ámbitos, entre ellos el jurídico, en sus más variadas manifestaciones. El presente trabajo analiza algunos de los más recientes desarrollos en inteligencia artificial en el campo de la aplicación del Derecho, a fin de discernir hasta qué punto nos estamos acercando a la ya no tan utópica idea del juez artificial y de la aplicación automatizada del Derecho. El análisis se estructura en tres ámbitos diferenciados, aunque complementarios: en primer lugar, se analiza el aspecto conceptual (qué distintos elementos y actividades implica la aplicación judicial del Derecho, con el fin de determinar qué procesos sería necesario automatizar para poder hablar de un «juez artificial»); en segundo lugar, se presentan brevemente algunas recientes tecnologías y aplicaciones que de algún modo incidirían en la aplicación del Derecho, con el fin de determinar en qué punto nos encontraríamos respecto a un proceso de automatización; y por último, se reflexiona brevemente acerca de los posibles efectos positivos o adversos que conllevaría una automatización de la aplicación del Derecho.
La moda de la inteligencia artificial está llegando a las administraciones públicas, a pesar de que lo hace a un ritmo más lento que en otros sectores. Hoy ya hay algunas administraciones públicas que usan la inteligencia artificial en el análisis de datos, la toma de decisiones, la detección de fraudes e irregularidades o la prestación de servicios públicos. El uso de la inteligencia artificial genera numerosos retos a las administraciones públicas que deben abordarse, como por ejemplo la opacidad, los sesgos y la discriminación, la mengua de las garantías en la tramitación de los procedimientos administrativos, la responsabilidad por los daños causados en el uso de la inteligencia artificial o su impacto en la ocupación pública. La inteligencia artificial es uno de los fundamentos de la gobernanza inteligente que debe comprender a todas las personas para contribuir a un desarrollo sostenible.
Las tecnologías basadas en la inteligencia artificial y en la robótica son uno de los principales retos actuales sobre el futuro del trabajo humano. La llamada Revolución 4.0 cuestiona algunos modelos de negocio, transforma los requerimientos formativos para el sistema productivo e impacta progresivamente en la distribución de la renta.
El mercado laboral español es un buen ejemplo de cómo esta nueva oleada de cambio tecnológico puede impactar en los niveles y sobre todo en la estructura de la ocupación. Se detecta una creciente polarización en la demanda de trabajo y en las oportunidades de trabajo en función de los niveles educativos y de varios efectos de desajuste laboral, atribuibles principalmente a las características de un modelo productivo dominante que es intensivo en tareas de naturaleza rutinaria, pero poco activo en la incorporación de las tecnologías emergentes.
Este artículo analiza el concepto de revolución industrial desde sus orígenes, a finales del siglo XIX, hasta la actual efervescencia alrededor de una supuesta Cuarta Revolución Industrial. A pesar de ser una idea fuertemente fijada en el imaginario cultural occidental y también en el terreno académico, numerosos estudios historiográficos, económicos y sociológicos llevados a cabo en las últimas décadas lo han cuestionado profundamente. En este artículo exploraremos, por un lado, sus deficiencias más notorias –que para muchos lo convierten en un concepto espurio, cargado de supuestos erróneos y de una visión obsoleta del desarrollo tecnológico– y, por el otro, algunos de los efectos ideológicos y políticos de su uso.
Este artículo analiza la relación entre los usos de las tecnologías de la industria 4.0 (I4.0), la generación de valor y los resultados empresariales. Mediante una muestra de 1.525 empresas industriales españolas en 2014, se identifican los usos de cuatro tecnologías básicas de la I4.0: 1) diseño industrial asistido por computadora, CAD; 2) robótica; 3) sistemas flexibles de producción; y 4) hardware y software de control numérico de la actividad–, se construye un indicador aditivo y se estudia la asociación estadística con la generación de valor y los resultados de la empresa. La investigación ha obtenido tres resultados principales. En primer lugar, cabe destacar su estado incipiente; un 72,5% de las empresas industriales españolas o bien no utiliza, o bien utiliza muy moderadamente las tecnologías identificadas de la I4.0. Sin embargo, y en segundo lugar, debe señalarse que los usos de estas tecnologías se asocian a un proceso de generación de valor de la empresa industrial más intensivo en I+D y en capital humano, más innovador, más digital y más sostenible. En tercer lugar, la investigación también concluye que las empresas con unos usos más intensivos de las tecnologías I4.0 presentan mejores resultados en términos de ventas, valor añadido, exportaciones y margen bruto de explotación. Especialmente relevantes son los resultados de la productividad y del empleo. Las empresas industriales intensivas en usos de las tecnologías I4.0 son un 30% más eficientes que las empresas que no usan estas tecnologías. También son capaces de ocupar a un número mucho mayor de empleados (el doble de la media industrial) y de retribuirlos mucho mejor (12,4% por encima de la media industrial). Por último, en el artículo también se discute el papel que la I4.0 podría tener como nueva tecnología de propósito general.
En este artículo se analizan los motivos que limitan la adopción de las nuevas tecnologías y frenan el proceso de transformación digital de las empresas del tejido industrial. Más allá de los aspectos técnicos o económicos, el origen de estos frenos en el marco de la Industria 4.0 radica en la falta de transversalidad de los perfiles profesionales existentes actualmente. En vista de esto, en el artículo también se analiza el impacto laboral y los nuevos perfiles profesionales que serán necesarios para hacer frente al proceso de transformación digital, así como el rol que tendrán los expertos, los grupos de trabajo y las herramientas de diagnosis en este proceso.
De la misma forma que la revolución móvil ha tenido un profundo impacto en la sociedad, ha creado nuevas actividades económicas y ha modificado las existentes, la industria de la investigación de marketing no se ha quedado al margen de todas estas transformaciones. Como veremos a continuación, las tecnologías móviles han representado nuevos retos y oportunidades para los profesionales del sector, generando nuevas formas de recoger datos de los consumidores que participan en investigaciones de mercado. Sin embargo, y a pesar de las ventajas que supone el uso de metodologías móviles para la industria, su adopción y difusión como técnica de recogida de información sigue siendo bastante limitada. En este artículo se recogen también los datos de uso de metodologías de investigación publicados por el sector y se identifican los principales factores que han influido en la adopción de la investigación de marketing con dispositivos móviles, ya sea incentivando o limitando su utilización.
El e-commerce está generando cambios importantes en nuestro modo de vida y hábitos de consumo. Cada vez son más las personas que compran por internet todo tipo de productos a cualquier hora y desde diferentes dispositivos. Destaca por su interés la compra de alimentos online, que va ganando más cuota de mercado y, en general, va aumentando su popularidad. Para el sector de gran consumo, el comercio digital presenta más barreras de entrada que otros y las webs de los supermercados online deben ser capaces de crear experiencias positivas de navegación y de compra a los consumidores que las visitan. Entender el comportamiento de compra del consumidor digital y los factores que influyen en una experiencia óptima de navegación y consumo es de vital importancia para cualquier empresa del sector. En este sentido, el flujo es un determinante clave de la conducta del consumidor digital, que influye en aspectos tan relevantes como su intención de compra o su lealtad.
La mayoría de las personas declara sin prejuicios que preferirían perder la cartera antes que el móvil. Aunque parezca una frase un poco exagerada, encierra una parte de realidad, ya que muchas veces no vemos, o no queremos ver, como es la cantidad de información que llevamos en nuestro smartphone y la capacidad que tenemos de obtener información con él de forma inmediata. La comunicación a través de internet ha dado paso a la búsqueda instantánea de información, tanto personal como profesional. Este nuevo canal digital ha dado pie a un crecimiento exponencial de los datos almacenados en la red, de forma que el usuario final puede conocer qué está pasando en cualquier parte del mundo en cualquier momento. Ligados a este incremento de la información, han aparecido los llamados influencers (influenciadores), que no dejan de ser personas que, usando este nuevo canal online, realizan un marketing digital basado en su imagen asociada a una empresa, marca o producto. Sus seguidores (antes llamados fans…) son los potenciales compradores de los productos, por lo que la gestión de este activo digital es muy necesario para las empresas y sus departamentos de marketing. Un correcto uso y seguimiento de los influencers puede ayudar, y mucho, a generar más ventas a través de un canal de marketing digital que tiene aún mucho recorrido por delante.