En los últimos veinticinco años –de 1996 hasta 2021–, una serie de hechos han marcado la evolución de la economía: desde las transformaciones vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y comunicación hasta la pandemia de la COVID-19, pasando, entre otros hechos, por la crisis financiera y económica de la segunda mitad de la primera década del siglo XXI. En este artículo nos preguntamos cuál ha sido el impacto de los hechos sucedidos en los últimos veinticinco años en la enseñanza de la economía, si esta también ha evolucionado con la realidad económica o no, lo que ha dado lugar a un mismatching entre la economía y la realidad económica y social. Para analizarlo, en el primer apartado, nos aproximaremos a la misión social del «economista» en tanto que formador de colectivos muy diversos y, en el segundo, reflexionaremos sobre la evolución de la enseñanza de la economía en la Universidad. El análisis nos lleva a concluir que, aunque la enseñanza de la economía ha ido variando a lo largo del tiempo, esta no ha experimentado cambios sustanciales en las últimas décadas. La falta de diversidad de pensamiento en los currículos de economía se une a una falta de diversidad entre pensadores y profesionales destacados, lo que se traduce a menudo tanto en una visión incompleta para explicar la compleja realidad económica como en una interacción con otras disciplinas, especialmente de las ciencias sociales.
Coincidiendo con la celebración de los veinticinco años de la UOC, el siguiente artículo pretende revisar las principales transformaciones que han vivido las áreas básicas de las empresas a lo largo de los últimos cinco lustros. Para ello, hemos contado con la participación de cinco profesoras y cinco profesores de los estudios de economía y empresa que nos han dejado unas pinceladas sobre algunos de los principales cambios que se han producido durante este período y los retos que quedan en adelante. Estas cuestiones son: el liderazgo, la toma de decisiones, la internacionalización, la digitalización, la estrategia, la adaptación al cambio, la ética, la responsabilidad social corporativa, la diversidad, la inclusión, la innovación en modelos de negocio y las finanzas.
Este artículo revisa y utiliza tres conceptos de la economía evolucionista: las tecnologías de utilidad o propósito general, el paradigma tecnoeconómico y la revolución industrial para explicar las principales tendencias e implicaciones económicas de fondo de la transformación digital. En primer lugar, se utiliza la idea de las tecnologías de utilidad general para abordar las singularidades del proceso de la I+D digital y para plantear la creciente generación de efectos de renta y de extracción de valor por parte de los superstars de la digitalización, lo que explicaría buena parte del crecimiento acuciante de la desigualdad en época digital. En segundo lugar, se utiliza el concepto de paradigma tecnoeconómico para explicar que el paradigma digital ya acumula dos ondas largas y un proceso de transición: desde las tecnologías de la información y la comunicación y la economía del conocimiento, hasta las tecnologías de la transformación digital y la economía dato/tarea masiva. Y en tercer lugar, se revisa el concepto, demasiado ambiguo e incorrecto, de cuarta revolución industrial, y se propone la idea de la ruptura o escisión industrial para describir la interacción tecnológica, económica, social, institucional/política y cultural que se estaría produciendo en la segunda oleada de la digitalización.
El objetivo del presente artículo es analizar la evolución de la función logística en tres contextos distintos: pasado, presente y futuro. Viendo dónde empezó el concepto de logística y hasta dónde ha llegado en la actualidad, se pueden entender y anticipar mejor las tendencias y los retos logísticos del futuro. Vivimos una época donde la digitalización aumenta a un ritmo frenético, lo que permite obtener más datos, más transparencia, mayor capacidad de anticipar los cambios y una mayor automatización de los procesos. Además, la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 no ha hecho más que acelerar el uso de dispositivos electrónicos y herramientas online, como demuestran las cifras de incremento del e-commerce de los dos últimos años. Sin embargo, la pandemia también ha puesto de relieve la necesidad de repensar el modelo logístico actual. Aspectos como la globalización, la sostenibilidad, la resiliencia o la seguridad a lo largo de toda la cadena de suministro están en entredicho. En este contexto cambiante, las habilidades y las competencias de los profesionales de la logística sin duda marcarán el éxito futuro.
En el veinticinco aniversario del nacimiento de la Universitat Oberta de Catalunya y de sus Estudios de Economía y Empresa, un grupo de profesores del ámbito del turismo de la institución reflexionan sobre la situación actual del sector, en un momento clave. Por un lado, aportan sus ideas sobre cuál ha sido la evolución del turismo en los últimos veinticinco años y cuáles han sido los elementos, los factores clave que han condicionado esta evolución hasta la fecha. Por otra parte, a partir de la crisis generada por los efectos de la pandemia, deliberan también sobre la crisis generada por los efectos de la pandemia para identificar posibles escenarios de futuro y los factores clave que pueden condicionarlo.
Con motivo de la celebración de los veinticinco años de la creación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), las autoras aprovechan para reflexionar sobre la evolución reciente del mercado de trabajo en España y sus relaciones laborales, así como sus retos de futuro. Un periodo que se inicia con una larga fase de expansión de la economía española y finaliza con la irrupción de la pandemia ocasionada por la COVID-19. En medio, acontecimientos con un relevante efecto económico y laboral como: i) la deslocalización que ha acompañado a la globalización, ii) los movimientos migratorios que nos han convertido en un país de acogida, iii) el violento impacto que supuso la Gran Recesión iniciada en 2008 y iv) la Gran Pandemia de 2020, así como v) el proceso de transformación tecnológica y digital en el que estamos inmersos. Con todo ello, el artículo no tiene vocación de pasado y se detiene en el análisis de dos grandes retos. La calidad del empleo, un desafío presente estos últimos veinticinco años y que, lejos de resolverse, se ha vuelto más urgente. Y su digitalización, la gran prueba de la economía y sociedad española que puede suponer un punto de inflexión en nuestra estructura del empleo.
El artículo analiza la geopolítica de la energía en el marco del sistema capitalista desde una perspectiva histórica. La primera sección explica el nacimiento de la geopolítica de la energía (una determinada geografía de la energía y relaciones entre los Estados) y argumenta que este es un hecho asociado con la energía fósil y que se fundamenta en el mantenimiento de la hegemoníaa causa de control territorial de las fuentes energéticas (o flujos energéticos) y su mercantilización. Después de un breve repaso por la geopolítica del petróleo, el artículo especula sobre cuál podría ser la geopolítica de las renovables en el capitalismo del siglo XXI. La principal conclusión es que, debido a las características intrínsecas de las fuentes renovables, el tipo de geopolítica que se establezca será el fruto de una elección. La cuestión es si esta elección irá encaminada también a utilizar las relaciones energéticas internacionales como sustrato para la hegemonía mundial y la financiación del sistema
En los últimos veinte años se ha consolidado una metodología que nos permite medir, con un alto grado de consenso internacional, la pobreza multidimensional. Disponer de una metodología de medida ha facilitado concretar y operativizar el concepto. En paralelo, se han propuesto y consolidado propuestas de pobrezas «sectoriales», con entidad conceptual propia. El vínculo entre las dimensiones de la pobreza multidimensional y las pobrezas sectoriales es diverso. En este artículo, se discuten distintos enfoques (pobreza laboral, energética, hídrica, de saneamiento y menstrual). Se argumenta que reducir las pobrezas sectoriales a dimensiones de la pobreza multidimensional limita su utilidad e impacto. Se propone avanzar en la caracterización multidimensional de dichas pobrezas sectoriales, aprovechando para ello el trabajo metodológico realizado previamente en términos de la pobreza multidimensional, en singular, ya consolidado.
Para una estrategia de recuperación sostenible post-Covid-19, la humanidad se enfrenta a dos grandes desafíos: 1. Prosperidad justa: La creación de una economía resiliente y justa que ofrezca prosperidad para todos; 2. Salud pública y planetaria: proteger la salud humana, junto con la reducción de los impactos ambientales por debajo de los umbrales de los límites planetarios, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero. La crisis del Covid-19 podría representar una oportunidad para respuestas que integren diferentes objetivos, o un inconveniente si se priorizan algunos sin considerar sus impactos en los demás. Se necesitan nuevos tipos de soluciones informadas para garantizar la sostenibilidad a largo plazo en términos sociales, económicos y ambientales. Este artículo aborda la cuestión de investigación: ¿Cómo podrían los países desarrollados gestionar una recuperación sostenible que proporcione una buena vida para todos dentro de la salud pública y planetaria? En primer lugar, argumenta que el crecimiento económico no es compatible con la sostenibilidad ambiental. El keynesianismo verde se basa en la hipótesis de que el crecimiento económico puede desacoplarse de los impactos ambientales, pero esto no ha sucedido y es poco probable que suceda. En segundo lugar, introduce el decrecimiento como una alternativa al crecimiento verde. El decrecimiento desafía la hegemonía del crecimiento económico y exige una reducción redistributiva democráticamente dirigida de la producción y el consumo en los países industrializados como un medio para lograr la sostenibilidad ambiental, la justicia social y el bienestar. En tercer lugar, traza la evolución reciente del término decrecimiento, de un eslogan activista a un concepto académico. Por último, pide una alianza de alternativas que puedan fomentar una transformación socioecológica profundamente radical.